miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cuadernos del Argonauta: PORQUE NO FUE EN VANO

Cuadernos del Argonauta: PORQUE NO FUE EN VANO



miércoles 9 de noviembre de 2011

PORQUE NO FUE EN VANO

“Sólo la mancha veo del amor que nadie nunca podrá arrancar del cemento, lávenla o no con aguarrás o soda cáustica, escobíllenla con puntas de acero, líjenla con uñas y balas, despíntela, desmiéntala” Gonzalo Rojas (fragmento del poema “Sebastián Acevedo”)

Este viernes 11 de noviembre se cumple un nuevo aniversario de la muerte de Sebastián Acevedo Becerra, un modesto trabajador de la construcción de la ciudad de Coronel que, desesperado ante la detención ilegal y tortura de sus hijos María Candelaria y Galo Fernando, por parte de los aparatos represivos de Pinochet, y en señal de protesta ante la negativa de la Dictadura a informar sobre el paradero de ambos jóvenes, se quemó a lo bonzo frente a la Catedral de Concepción, clamando a viva voz para que la maldita CNI (Central Nacional de Informaciones) los devolviera intactos o a lo menos vivos.

El martirio de este sencillo hijo de un minero del carbón no sólo salvó la vida de María Candelaria y Galo Fernando, sino que sembró una semilla que pocos meses más tarde brotó para transformarse en la que quizás haya sido la más impactante y certera cachetada moral en las mejillas de los torturadores y sus cómplices (muchos de los cuales miran hoy al puerto de Valparaíso desde sus oficinas en el Congreso) : el Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo, encabezado por el sacerdote jesuita José Aldunate, que realizó audaces y llamativas protestas y denuncias en las puertas mismas de esos secretos infiernos diseñados a la medida de sus propias pesadillas psicópatas por Pinochet, Sergio Fernández, Sergio Onofre Jarpa, el ex DINA y actual alcalde de Providencia Cristián Labbé, Alfonso Márquez de la Plata, Cardemil, Cuadra y tantos otros cuyo sólo recuerdo revuelve el estómago.

Pido a cada uno de ustedes, cualquiera sea su actual posición política o religiosa, que este 11 de noviembre, de la forma que cada cual pueda o quiera, le ganemos una pequeña batalla al olvido y simplemente recordemos a Sebastián, que dónde esté le hagamos sentir que su sacrificio no fue en vano, porque realmente no fue en vano.

Mauricio Feller

martes, 15 de noviembre de 2011

Silvia Goñi: Parir en la ESMA: 15 Historias de Mamás Compañeras

Silvia Goñi: Parir en la ESMA: 15 Historias de Mamás Compañeras

Parir en la ESMA: 15 Historias de Mamás Compañeras


1 PICHONA, MARÍA DEL CARMEN POBLETE

“Pidió que la acompañara en el momento del parto, para no estar al lado de los asesinos. El ruido de las cadenas eran terribles en el momento que se sentían al mismo tiempo los gritos del bebé que nacía. Tuvo una hija mujer, en junio de 1977”. Siguen desaparecidas.

2 ANA RUBEL DE CASTRO

“Fue terrible, había sido torturada salvajemente, había sido secuestrada con su marido, era (prisionera) del Ejército, creo, pero la trajeron a la ESMA y estaba embarazada de dos meses. La torturaron hasta dejarle agujeros en los pechos. El hijo nació sietemesino: tenía dos kilos, era varón y dos días después ella gritaba, preguntaba, quería saber y trajeron una incubadora para la criatura, pusieron el chiquito y ella me pedía por favor que mirara si tenía todos los dedos, si los piecitos, si tenía alguna característica particular, y dos días después fueron trasladados.”
Ana y su hijo continúan desaparecidos.

3 CORI, MARÍA HILDA PÉREZ DE DONDA

“Estuve con ella porque ya estaba la pieza de las embarazadas, no sé por qué razón permitieron que yo pudiera quedarme con ellas ahí, así que tuve mucho contacto. Cori tuvo una nena, quería que se llamara Victoria. Fue secuestrada con su marido por la Aeronáutica y a ella la trajeron sola para dar a luz. Le hizo unos agujeritos en la oreja cuando nació la niña con unas cintitas azules que pudimos conseguir y una aguja al rojo vivo, una aguja de coser que había en la pieza de las embarazadas. Le hicieron escribir una carta diciendo que atendieran a la nena, que ella no podía ocuparse, esas fueron las primeras cartas.”
Cori sigue desaparecida. Su hija fue recuperada, es Victoria Donda.

4 TITA, IRIS GARCÍA

“Antes de ellas estuvo Tita, pero no conozco demasiado. Venía de Coordinación Federal, la vi en Capucha porque no había condiciones especiales para las embarazadas hasta que las pasaron a la pieza de las embarazadas, en la que Tita no estuvo. Creo no haber participado del parto. La dejaban caminar y tenía los pies hinchados. El nombre de Tita no lo recuerdo, pero una vez que tuvo familia creo que varón, la trasladaron inmediatamente. Y no vi la criatura porque no existía la pieza.”
Tita y su hijo continúan desaparecidos.

5 MIRTA ALONSO DE HUERAVILLO

“Tuvo un hijo varón, yo tampoco estuve en el parto, fue otra compañera. Le puso el nombre Lautaro. La familia sabía que se iba a llamar Lautaro. Cuando se abrió la Pecera, donde se veían los diarios del mundo, en uno de los artículos había algo escrito en holandés, idioma que yo no conocía para nada. Yo decía que podía traducir todas las lenguas, pero no era verdad porque conocía pequeñas cosas, palabras que me daban a entender, como por ejemplo si el artículo decía que Argentina era un país contra los derechos humanos o si eran positivos los artículos por el Mundial. En este caso, lo único que pude ver fue una foto de una Casa Cuna, que habían encontrado a un chico que lo dejaron en la puerta y que tenía puesto algo que decía Lautaro. En el caso de Mirta, el niño era de rasgos indígenas porque ellos eran de Chile y eran de origen indígena. Se decía que los militares no los querían así, es una de las cosas que nosotros pensamos, que es uno de los chicos que entregan por esta razón.”
Lautaro fue recuperado por sus abuelos.

6 SUSANA BEATRIZ PEGORARO

“Fue secuestrada el 8 de julio del ’77 en la estación de Constitución. Sus padres la estaban esperando, ella venía de Mar del Plata y estaba embarazada y la secuestraron, y los trajeron al padre y a ella a la ESMA. Le dijeron que al padre lo iban a liberar, cosa que aparentemente quisieron hacer, pero al padre le dijeron: ‘Te dejamos acá, pero no tenés que dar vuelta la cabeza’. Y él dio vuelta la cabeza para ver la chapa. Lo volvieron a traer a la ESMA y luego nunca reapareció. A partir de ahí, a ella la llevaron a Mar del Plata a la Base de Buzos Tácticos, cuando la trajeron de nuevo fue una cosa, era otra persona la que habían traído: no hablaba, no se reía, no lloraba, estaba alterada totalmente por lo que había vivido en la base. Muy poquitos días antes la trajeron, pero en mi recuerdo es fines de septiembre. Estuve en el parto, y la dejaron unos diez días más o menos. Era la época en la que la pieza de las embarazadas se abrió. Venía Febres pocos días antes de que la embarazada tuviera familia y traía un lujoso moisés que nadie podía comprar. Era algo lujosísimo y se los daba diciéndoles: ‘Los vamos a llevar a los padres’ y les daba para que escribieran una carta. Yo estaba presente y tenía un papel y decía que pongan que no lo van a poder tener. Todas las cartas eran del mismo estilo, pero no llegaron nunca a las manos (de los familiares). Ella puso el nombre de su madre.”
En el parto estuvo Magnacco y Capdevilla. La hija de Susana Beatriz es Evelin Bauer Pegoraro, apropiada por Policarpo Vázquez, retirado de la Marina de Mar del Plata.

7 MARÍA JOSÉ RAPELA DE MANGONE

“Fue secuestrada junto con su marido porque guardaban los muebles en su casa de algún militante amigo. Su marido fue trasladado rápidamente y a ella la trajeron a la pieza. Venía siempre Magnacco a verla, venía a ver a todas la embarazadas. María José se había dado cuenta ya de que la criatura no se movía, pero no quiso decir nada porque dependía su vida del hecho de estar en esa habitación, tenía miedo de qué era lo que podía pasar. En diciembre el doctor Magnacco vio que el bebé no se movía, dijo: ‘Está muerto, hay que hacer un aborto’. Hizo el aborto e inmediatamente fue trasladada.”
María José permanece de- saparecida.

8 GRACIELA “RAQUEL” TAURO DE ROCHISTEIN

“La habían traído de la Aeronáutica justo para dar a luz. Me acuerdo de ella, estuve en el parto también. Siempre era Magnacco que estaba en esos partos. Fue un varón. Ella debe haber estado dos o tres días o cuatro como máximo en la pieza, porque en la pieza en general cuando las traían para dar a luz sólo había lugar para cuatro, así que cada vez que daban a luz dejaban el lugar a otra embarazada. A ella la dejaron con la criatura unos días. Trajeron también el moisés, la trasladaron sin criatura. La criatura quedó en la habitación durante un tiempo.”
Raquel está desaparecida. Su hijo es Ezequiel Rochistein, restituido. Fue apropiado por Juan Carlos Vásquez Sarmiento, de la Fuerza Aérea, prófugo.

9 CECILIA VIÑAS

“Venía de Buzos Tácticos de Mar del Plata y dio a luz también un varón y durante mucho tiempo venían a visitarla a la pieza de las embarazadas los altos jefes. Vañek, de la Marina, venían Chamorro y (Jorge) Vildoza. Eran visitas permanentes. Dio a luz alrededor de octubre de 1977. También estuvo Magnacco.”
Su hijo se llama Javier, fue apropiado por Jorge Vildoza, jefe del Grupo 3.3.2. de la ESMA, prófugo de la Justicia.

10 SUSANA SIVER DE REINHOLD

“Era (prisionera) del Servicio de Informaciones Naval, estaba con su marido. Tuvo familia en enero del ’78 pero estuvo desde octubre o noviembre en la pieza de las embarazadas. No fue un parto normal. No estaba Magnacco, estaba Scheller y llamó al Hospital Naval para que viniera un ginecólogo, y yo lo vi y supe que era el jefe de Ginecología del Hospital, no sé su nombre. Puedo describirlo si es necesario, lo recuerdo perfectamente y dijo que había que llevarla al hospital directamente para que diera a luz, para hacerle una cesárea. Tuvo una cesárea y casi dormida la trajeron de vuelta a la ESMA. Es una de las que firma una de las tarjetas que me hicieron las embarazadas cerca de la Navidad: es como un osito en cartulina y uno abría la tarjeta y abría los brazos y decía ‘te queremos mucho, tus hijas’. Firmaban Liliana Pereyra, Pati Marcuzzo, María José y Susana.”
Su hija Laura es la última nieta recuperada, nació por cesárea en el Hospital Naval.

11-12 LILIANA PEREYRA Y PATRICIA MARCUZZO

“Venían de Buzos Tácticos, las trajeron juntas. Deben haber estado en septiembre-octubre (de 1977). Liliana dio a luz un varón en febrero de 1978. Pati alrededor del 15 o 18 de abril de 1978. Las dos dieron a luz un hijo varón. Lilana me contó que habían torturado a su marido delante de ella para que ella hablara y cuando ya estaba en la ESMA, los de Buzos Tácticos venían a interrogarla y ella volvía desesperada cada vez. Se ensañaron bastante con ella. Fue trasladada. Luego supe que dijeron que hubo un enfrentamiento con subversivos y apareció fusilado el cadáver.”
Liliana y Patricia están desaparecidas. El hijo de Liliana es Federico Cagnola Pereyra, apropiado por civiles, y el de Patricia es Sebastián Rosenfeld, que fue devuelto a su familia.

13 ALICIA ALFONSÍN DE CABANDIÉ

“Alicia era muy jovencita, tenía 17 o 18 años. La trajeron del Banco con los cabellos rapados, era alguien que tenía cabellos muy largos y la raparon, dijeron que era una cuestión de infecciones. Llegó antes de Año Nuevo y dio a luz un varón en marzo con el nombre Juan. Estuvo Magnacco, siempre fue Magnacco. A ella, cuando estuvo en el Banco, un coronel le había dicho que a su marido lo habían trasladado a un lugar del sur y que cuando ella tuviera a su bebé la iban a llevar junto con el bebé y que ahí iban a cambiar las ideas, que iban a cumplir una pena, que era un lugar abierto. A ella la vino a ver Minicucci.”
Alicia está desaparecida, su hijo es Juan Cabandié, apropiado por Luis Antonio Falco, de la Policía Federal.

14 CRISTINA GRECO

“La trajeron de Mar del Plata justo antes de dar a luz. Tuvo una hija en marzo. Estaba desesperada porque ya había estado secuestrada por la ESMA hacía mucho, no sé si en el ‘76, la dejaron en libertad y la reconoció después Pedro Bolita. Había sido secuestrada con su marido, tuvo una hija y la tuvo poquitos días: fue trasladada inmediatamente. Nunca supe más. Después supe que la hija apareció con los abuelos y fue un momento muy particular en la ESMA porque cerraban la pieza (ver nota central).”
Cristina continúa desaparecida.

15 PATRICIA ROISINBLIT

“Dio a luz un varón, una cosa conmovedora, como Patricia había estudiado medicina pidió que no le corten el cordón umbilical y se lo pongan sobre el pecho y decía: ‘No me lo saquen, no me lo saquen’”.
Rodoflo Pérez Roisinblit recuperó su identidad. Fue apropiado por Francisco Gómez, agente civil de la Fuerza Aérea. Patricia sigue desaparecida.

sábado, 22 de octubre de 2011

100 POEMAS CONTRA EL INDULTO: “La cueca sola”

100 POEMAS CONTRA EL INDULTO: “La cueca sola”: Dedicado a mi padre, José E. Montoya Martínez. Hoy bailo una cueca sola, mis pies ya no se mueven con la inocencia de antaño, sólo quedan...

martes, 4 de octubre de 2011

Otras Memorias

Otras Memorias

Testimonio del exilio chileno en Argentina

16/8/2011

Edición de una entrevista realizada por Laura Benadiba

Humberto Vial Sotomayor narra en este video el comienzo de su exilio en su propio país, cuando a fines de 1973 traspuso los muros de la Embajada Argentina en Santiago de Chile. Actualmente reside en la ciudad de Rosario, donde el 13 de agosto de 2011 se filmó su testimonio en entrevista realizada por la historiadora Laura Benadiba, presidenta de la Asociación Otras Memorias y especialista en la metodología de historia oral. Vial Sotomayor fue dirigente estudiantil durante el gobierno de Allende, y en la Argentina ha cursado estudios de antropología en la UNR, teniendo ascripción a cátedra. También es miembro de la Asociación Otras Memorias, donde actualmente lleva adelante un trabajo de investigación sobre los distintos tipos de exilio (político y económico) a partir del estudio de casos de chilenos arribados en distintas épocas y circunstancias a Rosario y a Buenos Aires, (en esta última ciudad con la colaboración de Víctor Quilaqueo).

tESTIMONIO VER VIDEO


martes, 19 de julio de 2011

TESTIMONIOS PUBLICADOS EN LA WEB

Testimonios "http://www.memoriaviva.com/testimonios/testimonios.htm" "...el poder cultiva el olvido..." Estos son escritos de testimonios publicados o autorizados por los autores: Testimonio de Hugo Chacaltana Silva Testimonio de Adolfo Silva González Testimonio de Aurora Cornejo Testimonio de Benjamín Teplisky Testimonio de Carlos Bongcam Wyss Testimonio de Carlos Montes Testimonio de Domingo Cadin Testimonio de Juan Hilario Bassay Alvear Testimonio de Luis Fuentes Urra Testimonio de Manuel Cabieses Donoso Testimonio de Olinda Elena Mena Alvarado Testimonio de Orlando Letelier Testimonio de Oscar Patricio Orellana Figueroa Testimonio de Raimundo Belarmino Elgueta Pinto Testimonio de Rosa Gutiérrez Silva Testimonio de un hermano de un conscripto para el 11 Septiembre Yo naci en un campo de concentracion Testimonio acerca de Guillermo Baltazar Kegevic Julio Testimonio de ANTONIO ZÚÑIGA SENRA Testimonio de Joaquin Vallejos

jueves, 14 de julio de 2011

CARTA A MI PADRE. MIGUEL GÓMEZ

Carta abierta a mi padre, mi familia, en relación a la querella interpuesta en julio 2011, en contra de los asesinos de mi padre, militante del MIR, muerto el 21 de junio 1979 en Santiago. Queridos, A pesar de que coincida con mis primos cuando dudan de la eficiencia de la (in)justicia chilena y quizás mundial, debo reconocer que este acontecimiento no es poca cosa. Su caso no cabe en el trato habitual que se le otorga a estos temas, el de la víctima. Y es precisamente a lo que voy (me costó reunir mis pensamientos). Haber sido víctima (al nivel de represión que sufrieron los militantes de izquierda en Chile bajo Pinochet) es una dimensión terrible de su corta vida y de la de tantos más. Pero no es la única. Todas y todos aquellos fueron militantes activos y querían dar vuelta el mundo y la historia en nombre de las otras víctimas eternas que son los pobres, obreros, proletarios, mujeres, niños, cuya vida alienada hoy como ayer esta sometida a la más o menos gran miga que le regalará a fin de mes el que posee las fuentes de riqueza. Y en Chile estos últimos no son tantos. Mi padre, muerto en enfrenamiento esa mañana de junio 1979, era un luchador, militante del MIR, activo desde los años setenta en muchos espacios de la lucha de clases y por supuesto durante la dictadura, aun en las sedes de represión las mas feroces como la Villa Grimaldi, Puchuncaví, Tres Álamos. Formó fila en la huelga de hambre en Puchuncaví en contra del grosero montaje de la llamada operación Colombo en la cual participaron activamente los diarios del señor Edwards. En esta lucha mi padre tomó el “Wild Side”. Era Anti. Anti estaliniano por supuesto, anti jerarquía en su propio partido. Da haber sobrevivido, mi viejo seria un anarquista (Yo hubiera aniquilado lo que le hubiera sobrado de leninista). Insumiso, rebelde, queriendo vivir su compromiso ahora y aquí (allá y entonces…32 años atrás y yo, escribiendo estas líneas en tierras lejanas del exilio), su paso cruzó el de las fuerzas de la calle, las manos crueles de la policía común. Policía común para los comunistas! Mi padre, como buen proletario, ni siquiera lo mató un policía de elite, un servicio de inteligencia. No. Murió bajo las fuerzas de simples carabineros, de esos que les pegan habitualmente a los pobres y los estudiantes. Pero estos policías a pesar de no pensar su oficio como tal eran y siguen siendo (como se vio cuando murió Jaime Facundo Mendoza Collío, en el invierno 2009 de una bala de carabinero) fuerzas de represión política. Es lo relevante del caso. Estos simples policías sabían quien era mi padre, el loquillo. No sabremos quizás nunca si lo mataron bajo la orden directa de la CNI o de iniciativa rabiosa propia, pero sí sabían quien era mi padre. De todo esto saco yo conclusiones múltiples. Los policías como todos los proletarios son muchas veces los propios agentes de su alineación. Están altamente involucrados en la lucha de clases aun cuando se dice que supuestamente no están politizados. En otros términos, no existe la neutralidad política. El enfrenamiento no se vive únicamente entre universitarios opuestos, sino en todas las clases de una sociedad. Mi padre se equivocó con su aquí y ahora. Nos costó muy caro a todos su error. Le impidió ser un buen padre (no fue malo lo que ya me salvó!), le impidió hacer crecer su cultura y su práctica humana y política. 1973 debería haber sido su 1905 no su 1907, su Moncada y no su Villagrande y tendría que haberlo precipitado en el duro oficio del exilio de Hikmet en el cual se aprende, papá, cual es la verdadera condición del proletariado internacional, un piedra en el tumulto del río, nada más que una piedra perdida, como tú, como todos, como canta León Felipe. Piedra de la nada que puede ser en fin piedra para una honda, pero no para una tumba. El proletario, como “el paco” quiere salvar su pellejo, papá, y hay nobleza en esa obstinación a vivir aun en condiciones infra humanas como se ven en Europa, hoy, 2011, en las vidas de los inmigrantes africanos. Los proletarios no corren por grandes alamedas, queriendo ser mártires. En fin familia, papá, todos, la (in)justicia chilena no importa tanto. Hace rato ya que no espero milagros de las instituciones de la burguesía. A lo mejor (o peor) termina como empezó en un formalismo jurídico frío e incomprensible, que no habla ante la historia, y bajo un grito de vieja olla chilena “comunistas maricones, les mataron los parientes por huevones”. No es ante tales asambleas que quiero hablar, pero más allá, aprovechando esta oportunidad para decirles a todos los que no tienen nada, que no son nada, los que temen despertarse, que sigue en el mundo entero gente velando por ellos, despiertos cuando ellos duermen, imaginando otros amaneceres. De los locos, de los maricones, de los cojonudos, de los hermanos de cualquier hermano. Que nuestra familia concentre disposiciones rebeldes universales, es bueno, es fértil, es nuestra desorganizada unidad. Las veo crecer aun en mis hijos. Abrazo a ustedes, los de la vanguardia y de la retaguardia familiar, abrazo a mi padre querido, a mi madre libre pensadora y a todos los pobres del mundo. Tienen y tenemos familia. Miguel Gómez, hijo de Juan Carlos Gómez Iturra y Rayen Larenas Vives PS. Si tuviese que pensar en una reparación por lo sucedido, diría que todo lo que pido es que la calle donde murió lleve su nombre: Juan Carlos Gómez Iturra,(1952-1979) Revolucionario, asesinado el 21 de junio en su lucha contra el fascismo.

martes, 5 de julio de 2011

La Esquizofrenia de mi Generación, de Fesal Chaín

La Esquizofrenia de mi Generación, de Fesal Chaín La Esquizofrenia de mi Generación Vera Schiller, psicóloga judía, tan importante en Ecuador como lo fue Lola Hoffmann en Chile, define la esquizofrenia, entre una de sus tantas explicaciones, como un esquisma, donde la totalidad del ser está dividida, el todo no está conectado con el fluir. Por otra parte afirma que, lo que supera el esquisma es lo tercero, el hijo, el retoño precisamente lo inefable que nace de la fe. Cuando tenía doce años, comencé a leer Hojas de Hierba de Walt Whitman: "Yo me celebro y yo me canto, y todo cuanto es mío también es tuyo, porque no hay un átomo de mi cuerpo que no te pertenezca". Lo paradójico de esta lectura que hacía en el ante jardín de mi casa, que no tenía rejas sino una pequeña y larga muralla de ladrillos de unos 50 cms. de alto, es que la realizaba frente la casa de Miguel Krassnoff Marchenko, sí, el mismo, el torturador, el que mató a Miguel Enríquez, aquel que se ensañó con fría racionalidad en Villa Grimaldi con nuestros hermanos y hermanas. También me acuerdo cuando yo tenía apenas unos 9 años que salí a correr en bicicleta y me caí fuerte, me hice una típica peladura en las rodillas y de repente sentí unas manos extrañas y grandes alzándome del suelo, era el vecino, era Krassnoff, quien trataba de ayudarme. Yo sentí temor, de verdad, un escalofrío, una distancia, que nacía de lo más íntimo de mi ser. Tomé mi bicicleta y salí rápido de sus manos. Mi madre que estaba en el pasaje me recibió con una sonrisa forzada. No es fácil para mí hablar de esto. No soy culpable de nada, evidentemente. A veces cuando era adolescente culpé a mis padres de haber vivido en ese lugar, a los mismos a los que les hago un homenaje en "La izquierda que queremos hacer", por sus valores y enseñanzas. Por una cuestión inexplicable, al menos en el campo de lo racional, terminamos después de nuestra huida del sur, viviendo en una Villa Militar, en donde, Krassnoff fue nuestro primer vecino tristemente ilustre. "Indolente y ocioso convido a mi alma, me dejo estar y miro un tallo de hierba de verano". Así escribía mi padre, en Hojas de Hierba, mi padre en la poesía amada. Yo miraba el pasto cuando leía. A veces miraba hacia el frente, la casa de Krassnoff era oscura, tenía humedad en sus paredes exteriores. Al lado de él vivía una pareja, más vieja, con un hijo universitario, de pelo largo. Eran para el resto de los vecinos, me refiero a los niños con los que yo jugaba a la pelota, extraños. Claro, su casa no estaba arreglada ni hermoseada con piedras laja. Era una especie de selva, de enredaderas y flores enmarañadas. Ellos si bien no habían sido víctimas directas de la tortura, eran disidentes, exonerados. Se habían quedado allí por orgullo, no iban a dejar su casa, aunque al padre lo hubieran echado del Ejército y los vecinos lo apartaran como si fuera un leproso. El hijo salía temprano por las mañanas como escondido, y no se juntaba con nadie, jamás lo hizo. La casa donde yo vivía, era arrendada a un oficial que se había ido al exilio, un auto exilio claro está, un día por intermedio de una amiga de mis padres, ellos supieron que este hombre arrendaba su casa muy barata, y que se iba a Venezuela junto a su mujer e hijas. Así llegamos allí. En ese barrio, que lo había construido Salvador Allende para la oficialidad joven, pasé parte de mi infancia y mi adolescencia. En el pueblito de Los Dominicos, que era en ese entonces el espacio de artesanos pobres y de personajes marginales, conocí a Pedro Mardones, hoy Pedro Lemebel. Con él conversábamos tardes enteras, sobre literatura, poesía y en la plaza, leí sus primeros textos impresos. También hablábamos de lo que sucedía en Chile, sobre nuestros pesares y amores. Nos hicimos amigos y más de alguna vez, o al menos una vez, fue a almorzar a mi casa, en la Villa Militar, imagínense un joven un tanto jipi, entrando al pasaje marcial con un hombre como él, que por ese entonces era menos llamativo en su vestir y gestos, pero seguía siendo Lemebel, sólo que con 30 años menos. En esa Villa militar, conocí a muchos hijos de torturadores o de jefes operativos de la DINA, de la CNI y SIM. A los Schmied, a los Derpich, a los Morales, a las hijas de Krassnoff. También conocí, al otro lado de la plaza, a los militares que pertenecían a la Escuela Politécnica, hombres más preparados y que por ningún motivo se juntaban con los Ceneí. Los llamaban locos, enfermos, nunca asesinos, pero si los adjetivaban muy mal. Me acuerdo mucho del hijo de Manuel Concha quien fuera Ministro de Economía de la dictadura, era un joven extremadamente inteligente y sagaz y que tenía un primo Sociólogo con el que discutíamos ambos, ya más sueltos de cuerpo, en las postrimerías de la dictadura. Abajo de la plaza vivían las familias de la FACH. En 1978 cuando Leigh fue defenestrado, todos los niños que yo conocí se fueron. Ellos y ellas eran lo más parecido a la normalidad, a la cultura democrática del barrio, si así se puede decir. Las mayores, unos 5 años o quizás diez más que yo, se acordaban de Angela Jeria, de su hija Michelle y del General Bachelet y los nombraban en silencio. Raramente, Michelle Bachelet era una especie de fantasma que, sin ánimo de idealizarla, ciertamente inundaba las conversaciones secretas, por las calles y veredas. Les parecerá extraño que yo sienta cierto orgullo de haber vivido en aquel lugar. No crean que no lo pasé muy mal, me fue tremendamente difícil y se que a mis padres también. El mandato en la casa era nunca decir lo que pensábamos, así aprendí desde los 8 años, el rigor de la clandestinidad. Nunca en los 8 años que estuve allí dije nada, nada que delatara mi manera de pensar o la de mi familia.Probablemente una vez algo dije y de cierta manera pasó como el viento. Pero a la vez conocí la tremenda variedad humana, conocí a los militares de mi país, a sus familias, a los torturadores y a los que no lo eran y que sólo eran militares profesionales,y también conocí a los disidentes de la familia militar en sus distintos grados, día a día, en sus emociones y alegrías, en sus miserias y cotidianidades. Conocí a la izquierda más valiente en ese barrio, la misma que después atentara heroicamente contra Pinochet, conocí a los escoltas antes que murieran, porque eran los mismos que "cuidaban" al General Valenzuela, Subsecretario general de Presidencia bajo la dictadura y que era el vecino a la mano derecha de Krassnoff, el mismo que lloraba como Magdalena cuando triunfó el NO. Y a mi casa entraron y salieron algunas personas que justamente gracias a que vivíamos allí, salvaron sus vidas, se escondieron en la boca del lobo y gracias al dios de los perseguidos y humillados, hoy son mujeres y hombres que siguen luchando y defendiendo las injusticias y creando obras de bien. Ellas ni siquiera saben quienes éramos los de esa extraña casa de luz, flotando en medio del infierno y la muerte de los suyos, de los nuestros. Quizás por todo esto y lo digo con sinceridad y sin ningún ápice de soberbia, es que al igual que mi padre poético, Whitman, al que leí junto a Pablo Neruda, en los 8 años de la Villa militar, es que a veces me considero que "...soy el poeta del cuerpo y soy el poeta del alma, (que) los goces del cielo están conmigo y los tormentos del infierno están conmigo (que) los primeros los injerto y los multiplico en mi ser (y que ) los últimos los traduzco a un nuevo idioma". Bastante antes del triunfo del NO, nos fuimos de aquel barrio, del que tengo malos y buenos recuerdos, como los tengo de mi país. Nunca dejamos ninguno de la familia, de ser de izquierda (y no es una defensa) sino todo lo contrario, creo que potenciamos dicha postura, dicha fe y modo de vida al conocer la pobreza y la tristeza de aquellos que fustigaron a la patria, durante décadas. También aprendí en ese periplo por el cielo y el infierno, que la vida esta llena de paradojas y grados entre el blanco y el negro y que los que nos dominaron a sangre y fuego y con crueldad, no eran más que seres humanos, algunos imperdonables por los siglos de los siglos, otros solo tristes esbirros, otros como cualquier chileno, indiferentes al dolor y cómplices en su profesionalismo, apegados al "trabajo". Y entre ellos, algunos, los minoritarios como yo y mi familia, disidentes y opositores a la barbarie, presos de conciencia, como ese vecino triste, con sus dos padres encerrados en la casa de las enredaderas y las flores, militares de honor en la tristeza del exilio interior. El esquisma que yo viví en los años más importantes de la formación de un ser humano, donde la totalidad del mi ser estuvo dividida, donde el todo humanista, no estuvo conectado con el fluir de la vida, lo superé con el nacimiento del retoño de mi poesía, que me permitió unificar el cielo y el infierno como parte de la vida misma como un todo y gracias a mi fe en que ganaríamos, en que la oscuridad y la maldad retrocederían y sucumbirían, en que los hombres y mujeres de buena voluntad, los mayoritarios, amantes de la justicia, de la igualdad y del amor, triunfaríamos sobre el horror. En gran medida así fue.

lunes, 20 de junio de 2011

Antropología y Comunicación en Red

Antropología y Comunicación en Red

viernes, 17 de junio de 2011

TESTIMONIOS DE HIJ@S y FAMILIARES EN INTERNET

Testimonios

"...el poder cultiva el olvido..."
Estos son escritos de testimonios publicados o autorizados por los autores:
Testimonio de Hugo Chacaltana Silva
Testimonio de Adolfo Silva González
Testimonio de Aurora Cornejo
Testimonio de Benjamín Teplisky
Testimonio de Carlos Bongcam Wyss
Testimonio de Carlos Montes
Testimonio de Domingo Cadin
Testimonio de Juan Hilario Bassay Alvear
Testimonio de Luis Fuentes Urra
Testimonio de Manuel Cabieses Donoso
Testimonio de Olinda Elena Mena Alvarado
Testimonio de Orlando Letelier
Testimonio de Oscar Patricio Orellana Figueroa
Testimonio de Raimundo Belarmino Elgueta Pinto
Testimonio de Rosa Gutiérrez Silva
Testimonio de un hermano de un conscripto para el 11 Septiembre
Yo naci en un campo de concentracion
Testimonio acerca de Guillermo Baltazar Kegevic Julio
Testimonio de ANTONIO ZÚÑIGA SENRA
Testimonio de Joaquin Vallejos

el poder cultiva el olvido

KAOSENLARED.NET -- La derecha chilena sin escrúpulos.

KAOSENLARED.NET -- La derecha chilena sin escrúpulos.



La derecha chilena sin escrúpulos.
En el Parque por la Paz Villa Grimaldi, fueron lanzados panfletos denigrantes poco antes de la apertura de puertas por el Día del Patrimonio Cultural Chile 2011.
Felipe Henríquez Ordenes | 6-6-2011 
www.kaosenlared.net/noticia/derecha-chilena-sin-escrupulos

Panfletos denigrantes que desconocidos lanzaron este domingo 29 de mayo, poco antes de la apertura de puertas por el Día del Patrimonio Cultural Chile
No es fácil hacer un escrito, cuando encuentro noticias como la sucedida en el Parque por la Paz Villa Grimaldi, ex centro clandestino de detención y torturas de la DINA, por unos panfletos denigrantes que desconocidos lanzaron este domingo 29 de mayo, poco antes de la apertura de puertas por el Día del Patrimonio Cultural Chile 2011.

Estos panfletos contenían expresiones contrarias a la existencia de este sitio de memoria histórica y donde se escribió el siguiente mensaje: “Villa Grimaldi es sólo patrimonio político no tiene nada que ver con cultura. Con lo que gastan aquí alimentan y visten a miles de niños huérfanos que lo necesitan de verdad y no malgastando dineros adorando muros y piedras falsas.”
Es muy difícil referirse a los sucesos del 11 de septiembre de 1973, dejando fuera las propias pasiones. Es así porque se trata de un acontecimiento traumático para una gran mayoría de chilenos, cuyas consecuencias debemos vivir cotidianamente hoy. El Golpe de Estado ocurrido hace ya más de tres décadas, y no es un hecho histórico sepultado en el pasado, por el contrario, el presente económico, político y cultural del Chile actual no se explica sino por aquella fecha.

Como en una mala novela de terror, el amnésico Chile de hoy vuelve su mirada a las luminosas vitrinas del consumo suntuario, a las rutilantes pantallas de plasma, mientras en el patio desentierran osamentas de algún vecino o pariente. Son los muertos silenciados por esta historia macabra que todavía persiste, obstinada, en ocultar cadáveres en el ropero. El once de septiembre no ha terminado en nuestro país, está presente en cada línea de la Constitución, en el opaco gris de los cuarteles y comisarías; en la risa socarrona del “honorable”, y en muchos “hombres de negocios”. El once de septiembre sigue vivo en quienes tanto le deben al General.

El crimen cometido en Chile no atañe, tan sólo a los dramáticos sucesos conocidos por todos. El verdadero mal está todavía con nosotros, en nuestra vida cotidiana, en la injusticia naturalizada y aceptada como desesperanza. La verdadera traición a Chile es haber impedido que, por vez primera, aquel hombre y aquella mujer humilde, hubiesen comenzado a construir su propia dignidad en sus hijos, y en los hijos de sus hijos.

En un sentido último, Augusto Pinochet Ugarte, fue la mano tiránica que interrumpió la maravillosa cadena de la vida. Como Caín, el general asesinó a sus hermanos, ofendiendo al espíritu que late en el fondo de la historia humana. Sus obras, su herencia lamentable ya la conocemos: generaciones de chilenos condenados al infierno de la ignorancia, la pobreza, el luto y la indignidad. En el Chile del presente no hay paz para los muertos como tampoco la hay para los vivos.

Más allá de las complicidades de la mentira para ocultar la naturaleza de aquella tragedia; por mucho que se esfuercen algunos falsos profetas en exorcizar las cenizas, enseñando la resignación; hay un pueblo silencioso y paciente que encarna el advenimiento histórico de otro mundo.

Solo quiero expresar que siento una profunda lastima y pena al ver que aún quedan de aquellos especímenes que comen de lo que otros sufren, lloran, y padecen. Es realmente triste ver y comprobar que con toda maldad no tienen ningún respeto por el dolor ajeno. Mientras existamos en este mundo habrá miseria humana, soberbia, inmoralidad e ignominia, sin embargo hay que admitir que mientras haya esperanza y amor en este planeta se puede, y es que con un solo ser en este mundo que quiera dar sin esperar y que esté dispuesto a ofrecer sin pedir que tienda la mano sin restricción es suficiente, para levantar una muralla de amor y humildad.

Un sincero homenaje a las víctimas del holocausto, para que por fin se revelen dónde están nuestros caídos, hacer justicia a los sobrevivientes torturados, y a nosotros, los hijos de una segunda generación es menester no olvidar el pasado, y hacer justicia, y mientras no la haya, difícilmente habrá perdón y olvido.

Mi padre estuvo y fue víctima, yo estoy con él y también soy víctima, y estaré acá firme junto a todos aquellos que fueron y siguen siendo víctimas, y así construir un futuro mejor.

Felipe Henríquez Ordenes.
Ingeniero en Software.
Twitter : @PipeHenriquezO

jueves, 16 de junio de 2011

CARTA A MI MADRE

Querida Piti:

Hoy nuevamente es 7. Que es un número de la suerte en la cultura popular, mientras que a mi se me hace pesado mirarlo, nombrarlo y escribirlo. Han sido tantos... 27 para ser más precisa. Y calan hondo los recuerdos, los pocos recuerdos que me he inventado. De tu rostro y tu sonrisa, de tus manos. De tus abrazos que me rodean y tus palabras que me alientan. Y en el intento de acercarte a mi, de tenerte como no te tuve, como no dejaron que te tuviera, siempre llego a mi presente, a contarte esta aventura que es la vida.

Hoy tengo malas noticias. Hoy te ofrezco un país liderado por la derecha que reprime a nuestros estudiantes con balines de pintura para "marcarlos" y reconocerlos. Me parecen prácticas nazis como cuando obligaban a los judíos a llevar la estrella de David para identificarlos. Hoy tenemos a los hermanos Mapuches en huelga de hambre hace 59 día, porque reclaman sus tierras, las tierras de sus ancestros, porque los procesan por Leyes Antiterroristas, porque los discriminan, porque piensan y actúan diferente al rebaño. Hoy se han tomado el poder los Opus Dei, los fascistas, los ex- todo, imagínate!
Y lo peor de todo mamá... es que los hemos dejado. Por creer en los "nuestros" y entregarles la confianza, vendieron este país por un puesto en el Senado y transaron la ideología vestidos con corbatas.

Pero hoy tengo buenas noticias también. Hoy a Diego le han salido sus dientecitos en la encía de abajo y se le suman a lo coqueto de su sonrisa. Es conversador y muy alegre y regalón de la mamá. A Lucas le gusta observar el mundo, investigar cada detalle a su alrededor. Es muy independiente y astuto. Son tus nietos deliciosos que han crecido desde la útlima vez que los viste cuando te acurrucaste en mis sueños para conocerlos. Los estoy criando con amor, con palabras sabias y con paciencia como imagino hiciste tu conmigo y con David el tiempo que pudimos estar juntos. No tienen tus ojos, ni tampoco mi naríz. Pero son míos y son tuyos también, son tan nuestros!

Y estoy construyendo plazas sabes, plazas con juegos para niños, para los niños de Lo Hermida y la Pintana, porque jugar es un derecho!
Y trabajo en un programa para que los peques hagan ejercicios y sean saludables y crean que existen más oportunidades y despierten de su entorno oscuro y tengan ideas, maravillosas ideas.
Y en este país hoy las mujeres saben jugar mejor al fútbol que los hombres, somos campeonas olímpicas sub.15, estamos en el mundial sub-17 y vamos a clasificar con la adulta.
Ya sabías de los contrastes de este país, cuando entendiste que debías luchar por la justicia, por la libertad, por la solidaridad. Lo intentaste a lo grande y fuiste la más valiente y diste tu vida por ello.  Hoy yo lo intento más de a poquito, con la misma fuerza que me legaste, con las manos bien abiertas, con la gente que me quiere, con los hermanos/hijos  y los hijos de ellos y mis hijos. Vamos recordando, vamos enseñando y vamos proyectando. Para que nunca más en Chile mamá... para que nunca más...

Hoy es otro 7... Van 27 años desde que te asesinaron en calle Fuenteovejuna y aún no hay justificación, ni razón, ni justicia para tu muerte. Tenías 31 años y la vida por delante y 2 hijos que te amaban. Hoy en este Chile tan gris me cuesta perdonar al que disparó, al que ayudó, al que delató, al que ordenó. Pero eme aquí firme y tranquila, construyendo a empujones pedazos de arcoiris para traspasar tu lucha, tu humanidad y tu grandeza.
No desacansaremos hasta que todos los criminales paguen, aunque debamos esperar una eternidad.

Me haces falta y te extraño todos los días de mi vida.
Te amo
Ale



21
ago
2009
Por Christian Martínez.
Un auditórium colapsado, viejos amigos se reencuentran, frente a la gente una abogada, un sobreviviente y un sacerdote esperan para empezar el acto. Son las 6:40 de la tarde del 21 de agosto, el cielo esta nublado y cada tanto caen gotas que avecinan lluvia.
El 23 de agosto de 1984 -hace ya casi 25 años- en Los Ángeles, Valdivia y Concepción fueron asesinados Juan Boncompte, Mario Lagos, Rogelio Tapia, Nelson Herrera, Luciano Aedo, Mario Mujica y Raúl Barrientos. Siete padres, hijos, esposos y militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR). La operación de la Central Nacional de Inteligencia (CNI) se denominó “Alfa carbón 1”
En memoria de los siete combatientes se realizó un acto donde expuso la abogada encargada del caso, Magdalena Garcés, el sobreviviente de los hechos Rodrigo Muñoz y el sacerdote-periodista Enrique Moreno Laval, uno de los primeros en denunciar la acción de la CNI.
El mismo sacerdote-periodista tendría en sus brazos, días después, a la pequeña hija de uno de ellos, Javiera, a quién rescató desde un hogar de carabineros. Hoy, 25 años después, se vuelven a encontrar.
Los recuerdos brotaban, el fervor de una lucha extraviada en el olvido volvía, las lágrimas caían, las palabras sobraban y los aplausos se extendían. Siete personas, siete familias, siete compañeros y amigos. Cientos y cientos de asistentes que los recuerdan.
La culpa de sobrevivir y un testimonio desgarrador marcaron el ambiente. Un compañero que no pudo convencer a su amigo de replegarse días antes de su asesinato y un sacerdote que vio los cuerpos ya helados y baleados de dos de los caídos.
En el término de este espacio de recuerdo se presentó un emotivo video realizado por los hijos de Mario Mujica, Mario Lagos, Nelson Herrera y Luciano Aedo, en memoria de sus padres y sus otros compañeros.
“Yo abría los ojos en el momento que mi padre los cerraba... cuando yo abrí los ojos era él el que miraba a través de los míos” fueron las palabras de uno de los hijos, en el video, al recordar a su padre, al que nunca conoció en persona, sino que a través de sí mismo.